En este capítulo, se nos dice bien claro que podemos hacer
lo que queramos, pues estamos en nuestro más preciado derecho, somos libres
¿no? Habría que aclarar que libertar es decidir pero también darse cuenta de lo
que se está decidiendo. Antes de tomas una decisión, tenemos que pensar,
primero el motivo de la acción, y después pensarlo una segunda vez y
replantearnos la pregunta porque puede que cambiemos de opinión. Esto ocurre
con las costumbres, porque si nos preguntamos, decimos que actuamos así porque
es costumbre; pero puede que al pensarlo un segunda vez nos cuestionemos por
qué tenemos que hacer siempre lo que suele hacerse. Al igual pasa con los
caprichos, pues reflexionamos más las cosas.
La palabra moral tiene que ver con las costumbres y con las
órdenes, pero hay costumbres y órdenes que pueden ser malas o inmorales. Si
queremos profundizar en la moral verdadera y aprende a manejar la libertad que
tenemos, hay que olvidar las órdenes, caprichos y costumbre. Al hablar de
moral, hay que definir el término bueno, pues varía según las personas o las
situaciones en las que se emplee.
Después de saber todo esto sí que estamos en nuestro derecho
de hacer lo que queramos.
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